Kazán: la tierra de los mil y un encantos

Está más que comprobado que Kazán es uno de los mayores atractivos para los turistas. No solo por su armonía y tranquilidad, sino por su combinación entre una ciudad moderna y amigable con el medio ambiente.

Recorrer la carretera para el centro de la ciudad de Tatarstán, como  le llaman en Rusia, permite ver mucha vegetación. Incluso da la impresión que uno no se dirige a una sede mundialista, sino a un lugar apacible, donde el fútbol no llega.

Sin embargo, la conexión se da cuando comienzan a surgir los afiches y la publicidad con todo el contenido y los colores del Mundial.

Tatarstán aparece regularmente entre los tres destinos turísticos más populares de Rusia. Cada visitante encuentra un mundo a su medida con experiencias enriquecedoras. Esta ciudad es moderna, luminosa, próspera enérgica y diversa, trasciende el pasado y el futuro con su capacidad para el trabajo.

Está situada a 800 kilómetros de Moscú, en la ribera del Volga, el gran río ruso.

Y como en toda ciudad rusa la vida y el movimiento de Kazán empieza justo al caer la tarde, después del almuerzo, cuando la gente sale del trabajo. En las tardes es cuando deciden recorrer las calles los turistas. Es verano y las noches son hermosas, los días con luz muy largos, por eso todos permanecen al aire libre sin el temor de congelarse.

Marcos Lopes, de Brasil, califica Rusia como un país increíble. Todavía con la energía de ese baile que realizó frente a la plaza en el Kremlin dice que su selección Brasileña ganará 3-0 a Bélgica.

Lopes dice que Kazán es muy organizada como todo el pueblo ruso. Se le vio junto a su grupo de amigos disfrutando y viviendo la música tradicional en los alrededores del Kremlin.

Dilyara y Mariya los pusieron a bailar un poco porque sacaron el ritmo latino frente a un grupo de turistas que se encontraban en el lugar.

Más adelante, siempre en el Kremlin, llegué al Museo del Arma Espiritual, donde se encuentran algunas reliquias de batallas, como cuchillos cortos y largos. Protectores para los caballos que participaban en las batallas.

Además, en ese mismo sitio me encontré con unas estampas que ha pintado el artista local Ruslan Ibragimov sobre las figuras del mundial. Entre ellas están Neymar, Messi, Cristiano Ronaldo y Griezmann.

Es solo miércoles y muchos hinchas se están trasladando de una ciudad a otra o andan dispersos por la ciudad de los mil y un encantos. El viernes el estadio Kazán Arena tendrá el partido Brasil contra Bélgica y ahí se vivirá otra historia.

Un museo con la historia de los mundiales, en pleno Moscú

@violetaenrusia comparte estas imágenes del Museo de Moscú.

El Museo Mundial del Fútbol de la FIFA ubicado en Moscú muestra una pequeña parte de la historia del balompié desde 1930 hasta la fecha.

En este sitio también están los póster de cada mundial, desde el primero hasta el último.  En el segundo nivel está la copa Jules Rimet, la que se dio por primera vez en 1930 hasta 1970.

La Jules Rimet es una de las piezas de colección del Museo.

Esta Copa fue robada en 1963, es por ello que la parte de arriba es una copia pero con la base es original que tuvo la primera copa del mundo.

También hay un espacio para los grandes del fúbol. Maradona, Pelé y el portero ruso Lev Yashin, a quienes muchos conocen con el seudónimo de la “Araña negra”. Es el único portero que ostenta un Balón de Oro.

Pelé y Maradona no podían faltar en el Museo.

También hay una muestra representativa desde 1930 hasta el Mundial de Brasil 2014. Una pieza o camiseta, un balón, botines, tarjetas amarillas, medallas y otros objetos que significaron algo en ese mundial.

En el caso del Mundial Brasil 2014 tienen la camiseta de Messi y la de Cristiano Ronaldo. En esta parte hacen énfasis en la figura o lo significativo del mundial.

Banderines, zapatos y camisas de selecciones y jugadores que dejaron huella en el fútbol son parte de la colección.

Nuno Gomes: “¿Qué tal El Salvador?”

Nuno Gomes con uno de los niños que asistió a la charla con el portugués. Su carisma hizo que todos se sintieran bien con él.

En el Football Park de la plaza Roja estuvo como invitado el exjugador de Portugal Nuno Gomes. El luso invitó a los más pequeños a dar unos pequeños toques de precisión con el balón y para sorpresa mía, cuando me le acerqué, se acordó de El Salvador.

“¿QUÉ TAL EL SALVADOR?”, fue la pregunta que hizo Nuno Gomes de manera fugaz. Respondí con un “bien”, igual de fugaz luego de una firma de autógrafos para un grupo de aficionados que se acercó al lugar.

Nuno también compartió con los medios en el evento en la Plaza Roja de Moscú.

Nuno Gomes es el sexto mejor goleador de la selección de Portugal con 30 goles en 80 partidos. Una figura. Y hoy lo tuvimos muy cerca con los más pequeños. Dio muestras de cómo hacer pases con precisión.

Luego de las pequeñas dinámicas con los niños, tuvo espacio para responder algunas preguntas a los pocos medios que asistieron. Dentro de las más importantes estuvo su opinión sobre el Mundial.

“Ha sido un Mundial de sorpresas, varios de los favoritos ya están eliminados. En el fútbol se tiene que probar en la cancha quién es el mejor y al final que gana el anota más goles”.

Los niños aprendieron cómo pegarle al balón con precisión, gracias al portugués.
Nuno respondió preguntas de la prensa y dijo que ya no tiene un favorito en el Mundial, después de la eliminación de Portugal.

La bandera azul y blanco desfila por Moscú

La belleza de San Basilio… porque no todo es fútbol en Rusia

La catedral de San Basilio con sus característicos colores en la parte alta. Es un ícono para todos, rusos y extranjeros.

Una visita obligada para todos los que llegan a la capital rusa es la catedral de San Basilio, la estampa más icónica de Rusia.

Es común que en estos días en los que el calendario mundialista le ha dado algún descanso a los moscovitas estadios Spartak y Luznhiki, los aficionados latinoamericanos mayoritariamente se presenten desde tempranito a sus puertas.

La catedral fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, junto con todo el conjunto arquitectónico del Kremlin, acaso el sitio no futbolístico más visitado desde el pasado 14 de junio. Los vendedores de souvenirs que se asoman a sus afueras, huyendo de adustos policías que los desalojan rápidamente, son el indicativo del montón de turistas que se agolpan en su fachada.


Una vez ingresas, te queda un recuerdo para toda la vida. Es que lo imponente de su efigie, de su frente, la corona bombacha de sus torres, todo eso queda contrastado con lo estrecho de los espacios en su interior, cada uno con unas representaciones artísticas que entrecortan el aliento.

San Basilio consta de nueve hermosas capillas independientes que se interconectan a través de pasadizos. Insisto, desde afuera da la sensación que es una construcción de elevados cielos falsos, pero desde adentro queda la sensación de estarte moviendo en una cueva.

La iluminación es precaria, apenas una lámpara con un estilo muy antiguo; los rayos de luz apenas logran penetrar e iluminar lo suficiente. Esa sorprendente particularidad de su estilo impide mantenerla abierta al público en invierno, al menos de modo ininterrumpido.

Mientras aprecio sus detalles y le doy un festín a mi cámara, me encuentro con una aficionada mexicana que comparte mi estupor.

Paola Hernández está igual de impresionada que yo. “Es que la catedral está muy bonita, no me esperaba que fuera así, que hubiera tantos detalles, pinturas, arte, metalurgia… es demasiado. Lo que está pintado está divino, pero me sorprendió, se me hizo marroquí. Las pinturas… impresionantes”.