Un pequeño aficionado se toma una foto con la Copa del Mundo, que ya es exhibida en Rusia.
Resguardada tras una pequeña vitrina y con dos agentes de seguridad a los costados, el Museo de la FIFA exhibe durante el fin de semana y hasta el 11 de julio la Copa del Mundo, el trofeo que muchos solo pueden y pocos pueden tocar.
Solo se puede ver porque hay una vitrina que es casi un escudo de protección. Hasta respirar cerca de ella está prohibido. Por eso son las largas colas para pasar frente a ella y al menos hacerse una foto.
Brilla y resplandece detrás de los cristales, y todos, sin tener una camisa de selección específica, la admiran y respetan.
Para Paskhina, que hizo una larga cola este domingo, significa una oportunidad de poder estar cerca de lo más deseado por las 32 selecciones que han estado el Mundial en Rusia.
Las dos copas que se han entregado en la historia de los mundiales estuvieron en la misma casa.
La Copa Jules Rimet, que fue la primera en la historia de los mundiales y que Brasil se agencio de manera definitiva al ganar el Mundial de México de 1970, aparece solo a unos metros de distancia de la nueva copa del mundo que se dará al campeón en Rusia.
Es un privilegio estar frente a ella y su exhibición a tan pocos días de la final de este Mundial es como una indicación para todos: la novia ya está a las puertas de la iglesia, esperando el día de la boda.