Somos los primeros, los hijos del estadio

Todos los días, siempre que hay un partido en cualquiera de una de las 12 sedes mundialistas, allí estará el batallón de fotoperiodistas. Madrugamos, somos los hijos del estadio.

Para empezar se hace una fila mientras habilitan el acceso a la entrada de medios. Todos tratan de ser el primero. Luego de pasar el chequeo con todo el equipo, empieza la otra carrera por llegar a las oficinas del centro de medios para que nos entreguen un número de ticket, de acuerdo a la prioridad que uno tiene en el partido.


Generalmente son tres prioridades y las primeras las ocupan los fotoperiodistas de los países que juega ese día. En las otras categorías lo importante de llegar temprano es agarrar los primeros números, para que cuando sea el turno, dos horas antes del juego, tengamos la oportunidad de elegir un buen puesto dentro de la cancha.

Se lee un poco complicado, pero generalmente en un partido buena parte del día se pasa en el estadio. Para cuando llegue el momento de la acción, que es lo que más nos motiva y nos pone chispa, ya habrán pasado mínimo unas cinco horas. Ni los propios jugadores llevan ese tiempo en el recinto deportivo. Gol a favor para los fotoperiodistas.

Un partido para tomar el café

El estadio Luzhniki sería la casa para el juego entre Dinamarca y Francia que desde que se armaron las llaves se pintaba como uno los mejores en esta primera fase de grupos. Pero no lo fue.

Los que vivimos  el juego desde la cancha fuimos testigos de la poca hambre de gol de las dos selecciones. Hasta se cubrían la boca para decirse algunas cosas. Entre traslado del balón, de una banda a otra, comenzó la silbatina del público porque no profundizaban y no ocasionaban jugadas peligrosas de gol. Parecía que era momento de café para quitar el sueño y los bostezos de los aficionados.

Aunque el estadio se llenó en su totalidad, los tres momentos claves de ambas aficiones fue el himno, la ola y la silbatina. Nada más. Hasta el público se observó apagado, con pocas fuerzas para alentar a las selecciones que mostraban poco en la cancha y se aferraban al empate.

Si desde arriba el estadio Luzhniki tiene una imagen increíble, pues desde abajo es indescriptible. Aún así todos nos quedamos con bostezos y esperando más. Otro día en el estadio se ha ido levemente, así como se va poco a poco la luz del sol en Rusia.

 

Publicado por

Violeta Yazmín Martínez

Soy Violeta Martínez, fotoperiodista de Grupo LPG. Desde el 11 de junio estaré en Rusia para transmitir a los salvadoreños las mejores imágenes del Mundial y mostrar las curiosidades del viejo continente.

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